Renegade´s Diary

Saturday, August 16, 2008

Letters from Iwo Jima: sentimiento asiático

Lo prometido es deuda, aquí va mi opinión sobre la otra película que Eastwood dedicó a la batalla de Iwo Jima, en este caso la versión del ejército japonés. Si ya Flags of Our fathers me parecía una grandísima película llena de sorpresas y buen cine, pienso que con Letters from Iwo Jima el señor Eastwood se superó. Y eso que esta película surgió casi de manera accidental. Y menos mal.

Letters from Iwo Jima, como su propio nombre indica, está estructurada como una especie de retrospectiva a partir del encuentro de numerosas cartas en susodicha isla. El puñado de cartas pertenecían a un general y a dos soldados, y a partir de ellas descubrimos lo que vivieron en la guerra. La premisa es sencilla: mostrar los horrores de una guerra inútil, de una batalla perdida por los japoneses de antemano. A partir de aquí Eastwood hace magia. Una vez más el intimismo está patente en cada plano, el sentimiento se respira. Los personajes son Eastwoodianos al 100 por 100 y le vienen al director como anillo al dedo, sobre todo el general Kuribayashi(genialmente interpretado por el gran Ken Watanabe), una especie de hombre solitario muy en la línea de los westerns de Eastwood.

Se puede decir que el nexo de unión entre los otros dos personajes que escribieron las misivas y por tanto el protagonista central de la película es el soldado Saigo(un sorprendente Kazunari Nimomiya). A lo largo de la historia descubrimos lo que Saigo dejó atrás y la injusticia que resultó tanto para él como para tantos otros el ser obligado a ir a la guerra, prácticamente ser enviado a morir. El otro personaje que nos acerca a la historia es un antiguo Kenpeitai(una especie de ejército muy severo) que ve confundidos unos valores que creía que estaban por encima de todo.

En mi opinión, a nivel argumental, lo más importante de este film y su mayor acierto es mostrar unos hechos de forma objetiva, simplemente mostrar el sufrimiento, el dolor y la acidez de la guerra. En esta película no hay blanco o negro, los personajes piensan y respiran, puedes estar de acuerdo con algunos o de acuerdo con otros, pero todos tienen un motivo para actuar como actúan. Sirva como ejemplo el suicidio de los soldados en el momento en que se ven perdidos, un suicidio no aprobado por el general Kuribayashi, pero que para la mayoría de los soldados es la única opción y la única forma de salvar su honor. En este sentido, el film no es nada maniqueo ni manipulador hacia el espectador, cosa que se agradece hoy en día. Y es que Eastwood no es un cualquiera.

Eastwood sabe de cine, y lo demuestra haciendo una película 100 por 100 asiática. El ritmo, los encuadres, la dirección de actores y muchas cosas más están hechas tal y como lo haría un japonés. Muy influído por Kurosawa, Eastwood dota a la película de un ritmo pausado, tranquilo, con unos planos largos al más puro estilo japonés. Me vi gratamente sorprendido por el uso de los encuadres. Me explico: el sentido de lectura asiático es inverso al occidental, y esot se hace notar también en el cine. Un asiático encuadrará siempre, enc aso de ser necesario, con el aire a la derecha del encuadre y el personaje/objeto de interés a la izquierda. Eastwood conoce ese detalle y lo utiliza con maestría. Cualquier otro director americano que quisiese hacer una película "asiática" simplemente insertaría actores asiáticos y todo el mundo se lo tragaría(véase El último Samurai, Memorias de una Geisha....). Eastwood es mucho más que eso. De esta forma, uno llega a preguntarse si la película realmente está filmada por un americano o por un asiático. Chapó.

La dirección es sobria, clasicista, como ya dije, es asiática. Eso se deja notar también en la dirección de actores, una dirección muy "japonesa", rozando la teatralidad pero sin llegar a traspasar esa línea, lo cual dota a la película de un intensísimo dramatismo. Destaco la actuación de Watanabe, al que me sorprende que ni siquiera nominaran al Oscar ese año(nominando a Di Caprio, sin comentarios), por su carisma y su sencillez a la hora de interpretar a un personaje fascinante. Kazunari Nimomiya también está más que correcto, utilizando muy bien los ojos. Me sorprendió mucho este actor, y más sabiendo que en su país es una especie de "Back Street Boy". El resto del reparto mantiene el nivel, haciendo todos unas interpretaciones de altura.

Otro punto a destacar es la fotografía casi llegando al blanco y negro. Una solución muy inteligente dada la situación de los japoneses en la isla, en la que estuvieron tanto tiempo haciendo trincheras y demás. Una situación polvorienta, seca, desnutrida. Todo esto ya se ve reflejado en la fotografía, en la misma imagen. Es algo que se agradece, una belleza plástica imponente. Por otro lado, la música, como siempre, maravillosa en una película de Eastwood. Intimista, nada pretenciosa y siempre acertada.

No sé qué más decir de una obra maestra de tal calibre, que en mi opinión y sin dudarlo ningún momento, fue la mejor película del 2007. Eastwood confirmándose una vez más como un auténtico genio. Y cuántas veces van ya en los últimos años...Una película altamente recomendable. Impresindible. Maravillosa.

P.D.: Y ole por los cojones de Eastwood al negarse a doblarla para su estreno en los cines. OLE.

Bueno, me despido, próximamente empezaré una serie de posts sobre cierto superhéroe que está de moda y sus películas. Saludos!;)

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